Las frutas y hortalizas que se desechan, simplemente porque no tienen un aspecto perfecto, representan una parte importante del problema mundial del desperdicio de alimentos. La mayoría de las veces, los productos mal formados se separan ya durante la cosecha y ni siquiera llegan al mercado, sólo por no cumplir con nuestras expectativas estéticas. Demasiado doblados, demasiado rectos, demasiado rugosos, demasiado lisos... hay muchas razones por las que muchas manzanas, zanahorias y otros productos perfectamente comestibles acaban en la basura. Sin embargo, estos productos menos atractivos tienen un sabor igual de delicioso y, una vez procesados e incoporándolos a tu deliciosa comida, ni siquiera importa su aspecto de antes.
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¿A quién le importan las rugosidades y las formas irregulares? Lo que cuenta es el sabor, ¿no?
En definitiva, lo que cuenta son los valores nutricionales, como las vitaminas y los minerales, y, por supuesto, el sabor. A continuación puedes ver lo perfecto y delicioso que puede ser un plato, aunque esté preparado con frutas y verduras deformadas.
Picar y pelar verduras torcidas y frutas dañadas puede ser una tarea un poco pesada. Con nuestros ayudantes de cocina, podrás transformar tus ingredientes golpeados y magullados en platos exquisitos en un abrir y cerrar de ojos.